
¡Ya casi está!
¡Qué bien! Ahora solo hace falta un paso más: por la seguridad de tus datos, te he enviado un correo a la dirección que me has dejado para asegurarme de que eres tú quien me ha dejado tu correo (y no ha venido alguien con mala leche a chivarme tu correo sin tu permiso). Busca este correo en tu bandeja de entrada y dale al botón de ¡Sí, sí, soy yo!
De nuevo, por la seguridad de tu correo, es posible que tu proveedor de correo te haya escondido mi mensaje, así que aquí te dejo unas capturas de pantalla de dónde está todo. Lo he hecho tanto en ordenador como en móvil para Gmail, pero otros proveedores como Hotmail y Yahoo funcionan muy parecido, ¡así que rebusca bien!
Si estás en el móvil:
Con un poco de suerte, mis mensajes te llegarán a la bandeja de entrada. Añádeme a tu lista de direcciones para que tu proveedor de correo sepa que soy buena gente.

Si mi mensaje no está en tu bandeja de entrada, dale al menú de arriba a la izquierda (son unas rayitas horizontales) y busca mi correo en Promociones o, peor, en Spam (está más abajo), Correo No Deseado, No importante y otras maneras de decir que quién soy yo para escribirte a ti.

Por último, acuérdate de seleccionar la opción de “Mostrar imágenes” o no verás la mitad de mis correos (y, con ello, se te perderán los enlaces molones y los archivos descargables).

Si estás en el ordenador:

Con un poco de suerte, mis mensajes te llegarán a la bandeja de entrada. Para que esto funcione así, puedes configurarlo en la tuerquita de arriba a la derecha para que Gmail te muestre tu bandeja de entrada con los mensajes no leídos primero.
Añádeme a tu lista de direcciones para que tu proveedor de correo sepa que soy buena gente.

Si tu configuración de bandeja de entrada es la llamada “Predeterminada”, mis correos caerán en el apartado de “Promociones”. Mueve mi correo a la bandeja Principal. Para eso, solo tienes que cogerlo con el puntero y arrastrarlo. Además, te saldrá un aviso preguntándote si quieres que mis correos te lleguen siempre a la bandeja Principal. Dile que sí, y así no te perderás nada importante.

Por último, acuérdate de seleccionar la opción de “Mostrar siempre las imágenes” o no verás la mitad de mis correos (y, con ello, se te perderán los enlaces molones y los archivos descargables).
¡Y ya está! Estos tres sencillos pasos solo tienes que hacerlos una vez (y, a lo mejor, ni siquiera eso) para evitarte dolores de cabeza futuros.
¡Te veo en un ratito!