Lo genial de tener amigas que disfrutan de la comida y de cocinar es que te enseñan recetas muy guays. Así es como llegó a mi vida el Guacamole de Cris, el Hummus de Ana o el genial brownie al microondas de la madre del compañero de piso de Alodía. La receta de hoy viene de la mano de una de mis gemelas favoritas: Irene. En mi última visita a Valencia, Irene se mudaba de casa, y tras echarle una mano, Cris y yo nos quedamos a cenar en su recién estrenada casa. Echaba muchísimo de menos eso de que se te hagan las mil tomando algo, ir a comprar algo rápidamente al supermercado y preparar una cena rápida y deliciosa. Así fue como conocí la receta de la ensalada de espinaca y pesto de Irene.
Además, como la vuelta al trabajo ya está ahí pero aún sigue haciendo bastante calor (¡incluso en Asturias!), he pensado que sería una oportunidad para traeros algunos consejos para llevar vuestras ensaladas al trabajo. ¡Espero que os gusten!
7 pasos para la ensalada perfecta para el trabajo
- Elige un tarro bonito y grande. Eso es: no usaremos un tupper, sino un bote. esto nos permitirá organizar los ingredientes en el interior sin que se nos arruine la parte verde.
- Proporciona bien los ingredientes. Piensa que las hojas abultan bastante, así que te llenarán aproximadamente la mitad del bote, e incluso puede que un poco más. Ten cuidado de no poner muy poca lechuga y demasiados condimentos o tendrás un desastre de ensalada.
- Organiza los ingredientes de menos frágil a más frágil. Y, a igualdad de fragilidad, lo más pesado va primero. Esto es fundamental para que todos los ingredientes lleguen en la mejor de las condiciones a la hora de la comida.
- Prepara el aliño. Nada de llevarse una botellita pequeña de aceite, otra de vinagre, un minitupper de sal… Haz el aliño en casa, mézclalo todo bien y listo. Incluso si es una salsa, déjala lista con antelación.
- Pon el aliño debajo del todo. Hay accesorios específicos para ciertos botes que te permiten llevar el aliño por separado pero unido al bote. Pero como lo que quiero es que empieces septiembre con relajación y no pensando “uf, otra cosa más que tengo que comprar”, vamos a lo sencillo. Sitúa el aliño debajo del todo en el bote. De esta forma conseguirás que no se estropeen los ingredientes de tu ensalada.
- Mete los ingredientes en el bote. ¿Recuerdas la organización de menos frágil a más frágil que hicimos antes? Pues bien, mete los ingredientes dentro del bote en ese orden. Ten en cuenta dos cosas: lo que esté en contacto con el aliño debe aguantarlo bien. Cosas como los frutos secos, el maíz, el tomate, los quesos secos… pueden estar embadurnados en aliño un buen tiempo sin problemas. Las hojas son lo más frágil de todo siempre, así que ponlas encima del todo.
- Planifica el transporte. Seguramente ya lo has pensado y has acertado: poner el aliño abajo y la lechuga arriba del todo supone que vas a tener que transportar el bote en vertical. Asegúrate de que va a ser posible. Yo siempre lo meto en mi mochila, en la base, y le pongo al lado algo que lo sujete, como el estuche de las gafas, la botellita de agua o la cartera. Cuanto más compacto esté todo, ¡mejor! Es como jugar al Tetris :)
¡Extra, extra!
Y ahora te preguntarás cómo te comes esto en el trabajo. El bote está supercuqui, ¡pero es poco práctico para comer!
¿Alguna vez has comido una hamburguesa de McDonald’s servida en un plato de casa? ¿Verdad que es diferente que comer de la caja y la bandeja del McDonald’s?
Pues eso mismo tienes que aplicar en el trabajo: ten en un cajón de tu escritorio siempre un juego de platos y cubiertos. Olvídate de comer directamente desde el tupper, que al final no sientes que estés comiendo una comida de verdad. La hora de la comida en el trabajo está hecha para descansar y despejarse, y comer directamente desde el tupper no ayuda. Así que, tú que puedes, guarda los utensilios básicos en el cajón del escritorio y, cuando termines de comer, lo lavas y lo vuelves a guardar.
Para la ensalada del bote, muy fácil: das la vuelta el bote y vas sacando con la ayuda de un tenedor todos los ingredientes. Te quedarán las hojas debajo, los ingredientes se irán mezclando a medida que van cayendo y el aliño lo bañará todo. ¡Genial!
¡Vamos con la receta!

Ingredientes:
- Un puñado generoso de espinacas frescas y limpias.
- Dos cucharadas de queso fresco cortado en cubitos.
- Dos cucharadas de anacardos.
- Dos cucharadas de salsa pesto.
Preparación:
- Prepara la salsa pesto como te enseñé en esta receta.
- Mete dos cucharadas en el bote.
- Agrega los anacardos y el queso fresco cortado en cubitos.
- Incorpora las espinacas asegurándote de que estén bien secas.
- Cierra el bote bien ¡y listo!
Recomendaciones:
- Mi amiga Irene dice que queda genial con algún fruto rojo de temporada, como cerezas.
- Puedes cambiar los anacardos por nueces, pistachos o cualquier fruto seco que quieras.
- Puedes usar el queso fresco que más te guste: mozzarella, Burgo de Arias… Pero te recomiendo que sea eso, fresco, porque los tiernos, semicurados y curados tendrán un sabor demasiado fuerte para la mezcla.
- Unos garbanzos cocidos le quedarán genial ¡y harán el plato más completo!
[…] Si además os cuento que os la podéis llevar perfectamente a la playa o a la piscina, ¿qué tal? O para el trabajo, en el caso de los que aún tengáis que esperar un poco a las vacaciones… Seguro que os acordáis del año pasado en el que os conté cómo llevaros la ensalada perfecta al trabajo en tan solo siete pasos. […]